viernes, 14 de septiembre de 2007

por Gustavo CapdevilaGINEBRA, 5 oct (IPS)

Los cambios demográficos, las nuevas demandas de conocimientos y el deterioro de la profesión docente pueden provocar una crisis inminente en la educación del mundo, advirtieron este sábado la Unesco y la OIT.Las causas centrales de la crisis son el crecimiento incesante de la población y la degradación de las condiciones de trabajo de los maestros, afirmó un estudio de la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), y la OIT (Organización Internacional del Trabajo).La escasez de maestros y profesores en las aulas de todo el mundo amenaza la calidad de la educación, previno el informe "Perfil estadístico de la profesión docente", redactado por la experta María Teresa Siniscalco.En los países donde maestros y profesores gozan de mejor situación se tiende a conceder más prioridad a la educación, y por tanto se eleva su calidad.El deterioro de las condiciones de la labor educativa aparece como un fenómeno común a muchas naciones, afirmó el subdirector de educación de la Unesco, John Daniel, en las conclusiones del estudio.El personal más experimentado abandona en forma creciente la profesión en busca de otros empleos, mientras los jóvenes sólo se inclinan por la enseñanza como última alternativa, sostuvo Daniel.La mayor demanda de maestros se manifiesta en los países en desarrollo, donde se registra 95 por ciento del aumento demográfico mundial.Dos tercios de los 59 millones de maestros y maestras del mundo, viven y trabajan en los países en desarrollo.La cantidad de maestros y maestras en la enseñanza primaria creció nueve por ciento entre 1990 y 1995 en el mundo en desarrollo, pero ese crecimiento fue neutralizado por un aumento comparable de la población infantil en edad escolar.En consecuencia, se mantiene muy elevada la brecha entre la oferta de maestros y el número de alumnos por clase en la educación primaria en el Sur en desarrollo.En cambio, en la educación secundaria, el aumento de profesores superó el crecimiento de la población adolescente y joven.Sin embargo, la cantidad de personas no escolarizadas en edad de asistir al ciclo secundario indica que muchos países afrontan falta de personal para atender esa demanda.Estas dificultades se agravan pues los países están obligados a formar gran cantidad de técnicos docentes en los estrechos límites de sus agobiados presupuestos.La relación entre cantidad de alumnos por maestro en el mundo oscila entre nueve y 72 estudiantes por profesor. Pero en los países en desarrollo el número de alumnos por maestro es dos veces superior al de las naciones industriales.Como se trata de promedios nacionales, puede haber clases con más de 100 estudiantes por maestro, explicó Siniscalco.Otra diferencia entre el Norte industrial y el Sur en desarrollo es el promedio de edad del personal docente. En el Norte la mayoría de profesores y profesoras tienen más de 40 años, mientras en el Sur la edad media es inferior.La proporción de maestros y maestras menores de 30 años es muy elevada en los países más pobres, donde hay muy poco personal experimentado, afirma el estudio.La cantidad de mujeres en cargos docentes creció sin pausa en los años 90. En el Norte rico, maestras y profesoras son mayoría, pero con frecuencia ocurre lo contrario en el Sur pobre.Siniscalco observó que las maestras aún no alcanzan a 50 por ciento del total nacional en muchas naciones de Africa subsahariana y de Asia meridional.Una mayor presencia femenina en la educación podría elevar la escolarización de las niñas en esos países, apuntó.En las naciones industriales el periodo de formación profesional oscila entre tres y 5,5 años para maestros y maestras de educación básica y entre 3,5 y 6,5 años para los del ciclo secundario.En estos países, al igual que en otros con economías en transición, el personal docente primario debe contar con formación terciaria.Al menos en la mitad de los países de distinas regiones, 90 por ciento del personal docente cumple los requisitos de formación establecidos.Sin embargo, debido a los cambios operados en esos requisitos durante los últimos años, la calidad de formación promedio no corresponde a las exigencias actualizadas.En Jordania y Filipinas, todos los maestros y maestras primarias poseen educación terciaria, mientras en China y Turquía apenas dos de cada 10 alcanzan ese nivel.En muchas de las naciones menos adelantadas, la mayoría de los maestros de enseñanza primaria cuentan a lo sumo con una formación secundaria inferior.Los horarios de enseñanza exhiben variaciones marcadas de un país a otro, que oscilan entre 20 y 40 horas semanales de dedicación laboral.Mientras en los países industriales el horario de clases es elevado en la escuela primaria y disminuye en la secundaria, algunas naciones en desarrollo tienden a mantener horarios semejantes en los dos ciclos, como forma de recuperar inversiones requeridas por las etapas superiores de la educación.La cantidad promedio de alumnos que asisten a cada clase registra asimismo diferencias notables entre países.Según una evaluación efectuada entre 40 naciones en 1999, el promedio de estudiantes en las clases de matemáticas del octavo grado era inferior a 30. Sin embargo, en seis países superó los 40 alumnos por clase.En varios países menos adelantados, la cantidad de alumnos del primer grado duplica al del último grado, debido a las altas tasas de repetición y abandono escolar.Por otra parte, la remuneración media de maestros y maestras del ciclo primario es de 10.000 dólares por año en Brasil, República Checa, Hungría, Indonesia y Perú, y, en el otro extremo, de 43.600 dólares anuales en Suiza.Durante los años 90, los salarios de los maestros de los países pobres continuaron disminuyendo.Los salarios mínimos de los maestros de los países industrializados son menores al producto interno bruto (PIB) por habitante. Pero las remuneraciones medias y altas de la carrera docente superan el PIB por habitante."Se aprecia la aparición de los primeros signos de una crisis inminente de la enseñanza en el mundo", aseveró Sally Paxton, directora de la OIT para el diálogo social.Los cambios demográficos y las nuevas demandas de conocimiento y de competencia ejercen una presión sin precedentes sobre las instituciones educativas y los alumnos, sostuvo Paxton.Los gobiernos y las instituciones de ensenañanza deben entablar un profundo diálogo con los maestros y sus sindicatos, para mejorar la suerte de la profesión, recomendó. (FIN/IPS/pc/dcl/ed/02)

http://domino.ips.org/ips%5Cesp.nsf/vwWebMainView/BE12B77AA505A7C580256C470082401C/?OpenDocument Consultado, septiembre 14, 2007.

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